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La lectura de nominados a los Premios Goya, ha encendido una intensa llamarada de reacciones acerca de las ausencias y el tono monocorde de las presencias. Analicemos qué es lo que pasa:

¿De qué hablamos cuando hablamos de cine español?
Para bien o para mal, los premios Goya, se han convertido en el escaparate del cine español, en la representación del cine español, en la "imagen" del cine español, o sea, no es el "el cine español" pero casi. A ver si me explico, los medios de comunicación tienen un poder de persuasión tremendo, informan, forman y crean opinión. Y de cara a la "opinión pública" (este término daría para otro debate) la idea que se tiene del cine español pasa por los premios Goya fundamentalmente. Sobre todo a partir de la edición de 2003, donde se politiza-problematiza-polariza a esa opinión pública.
El imaginario colectivo que construyen/colonizan los media ha logrado que asociemos la categoría "cine-español-en-su-conjunto" con las pelis que concurren a los Goya. Es muy importante esto del conjunto, porque sí que es verdad que hay noticias esporádicas referidas a pelis españolas a lo largo del año, pero cuando se habla de cine-español-en-general (para hablar tendenciosamente sobre subvenciones, la taquilla y poco más) se hace bajo un tono de balance que viene muy bien en estas fechas en la que coinciden con la lista de nominados o en febrero con la entrega de los premios Goya aprovechando el entorno mediático que generan los Óscar.
El caso es que el resto del año -salvo que Almodóvar atraque su nueva peli en Cannes, un breve del Festival de San Sebastián o el rodaje de alguna coproducción internacional de Bayona o Amenábar en nuestro país- el tratamiento informativo (más bien publicitario) dado al cine español descansa sobre las películas que cada tele produce.

Las teles mandan
Nada es ajeno al actual contexto de concentración capitalista, el cine tampoco. Las crisis le sirven al capitalismo para concentrar el capital (dinero y recursos) en menos y más poderosas manos. Las empresas absorven a otras, los bancos se fusionan, etc. dando lugar a estructuras cercanas al monopolio. Con las teles pasó lo mismo, dando lugar ahora mismo a dos monstruos como son Atresmedia y Mediaset que son las que parten el bacalao en el cine ahora mismo. Las películas que producen, son "productos" hechos para generar plusvalía, ganancias, dinerito. Con lo cual, lo más probable es que la peli siga unos parámetros convencionales a nivel narrativo, temático, formal, ideológico, etc. en consonancia con el riesgo que tiene su parrilla televisiva. Obviamente, siempre se cuela alguna excepción.
Estas películas, eso sí, dispondrán de todo un arsenal de recursos para su promoción y difusión, lo que facilitará su rendimiento económico dado el nivel de alcance (persuasión y alienación) que tiene la televisión en la población. Hay una máxima que dice que "lo que sale en televisión existe", ergo ¿qué tipo de cine español existe?.

Los otros
¿Qué cine español se ha visto relegado y no está en el escaparate de los Goya? Mucho, pero el que ha encendido las alarmas de la indignación es fundamentalmente el cine que pasa por festivales (nacionales e internacionales) y es además reconocido por el jurado de esos festivales y la crítica.
Por centrarnos en este año, sería el que ha pasado por festivales internacionales: Cannes (Mimosas, La muerte de Luis XIV), Locarno (Dead Slow Ahead, La academia de las musas), Rotterdam (Esa sensación, Oleg). La excepción sería Julieta, pero es Almodóvar y es dios y Tarde para la ira, pero es Raúl Arévalo y es del gremio.
Y el que ha pasado por festivales nacionales: Málaga (La propera pell, Callback), San Sebastián (La reconquista, María (y los demás)), Seminci (La madre), Sevilla (Berserker).
Sin embargo, gran parte de los nominados también ha pasado por festivales (El hombre de las mil caras, Que dios nos perdone, Un monstruo viene a verme) pero claro, estas son las películas-franquicia de las teles privadas. Lo que nos lleva a corroborar la sinergia cada vez mayor entre el festival y las televisiones, llegando incluso a financiar el festival, como hace Atresmedia con el Festival de Málaga o TVE con el Zinemaldia.
Precisamente, son Málaga y Donostia los principales surtidores de películas a los premios Goya. Dos festivales que marcan la temporada alta (Donostia) en otoño, y la temporada baja (Málaga) en primavera, del cine español. Y es Donosti el que marca el termómetro de lo que serán estos premios, no es casual que su sección oficial se pete de cine español cada vez más, debido a los intereses del capital en posicionar sus productos. Málaga se sitúa en un nivel bastante inferior, siempre y cuando entre sus premiadas no haya gente del gremio. Me explico, el año pasado Daniel Guzmán y su A cambio de nada y Natalia de Molina con Techo y comida triunfaron en Málaga y los Goya; este año ninguna de las pelis ganadoras de Málaga (La propera pell y Callback) está nominada.
Este mismo esquema se puede aplicar a festivales foráneos, por ejemplo, de la Berlinale se escoge a Isabel Coixet o Icíar Bollaín en detrimento de Ion de Sosa, Juan Rodrigáñez o Neus Ballús. De Venecia se escoge a Raúl Arévalo o Álex de la Iglesia, en detrimento de José Luis Guerin o Lluis Galter. De Cannes se escoge a Almodóvar o Fernando León, en detrimento de Oliver Laxe o Albert Serra.

Los otros del otro cine español
Si uno mira la lista de las películas candidatas a ser nominada en los Goya, se puede percatar de que no están todas. Ya sea por error en la solicitud (caso de Las furias) o por omisión. En esta última acepción se mueve buena parte del cine español más interesante y estimulante, que no reconoce los premios Goya como interlocutor válido incluso ni siquiera a los propios festivales. Es el cine más libre, tanto a nivel de producción como de realización. La nómina de insumisos del cine español institucionalizado va desde Pablo Hernando (Berserker) a María Ruido (El ojo imperativo), de Kikol Grau (Las más macabras de las vidas) a Ramón Lluís Bande (El nome de los árboles), de Norberto Ramos (Amor tóxico) a María Cañas (La mano que trina), y la lista podría continuar con ilustres como Velasco Broca, Juan Rodrigáñez, Daniel Castro, Miguel A. Blanca, Lluís Escartín, Venga Monjas, Sra. Polaroiska, etc.
Si el otro cine español tiene un hábitat humanizado (revista Caimán, festival de Sevilla, D´A de Barcelona, Locarno, etc.) los otros del otro cine español viven en un nomadismo salvaje.

Resonancia en taquilla
¿Pero por qué es importante estar en los Goya? Si una película ya ha sido reconocida por festivales y por la crítica, ¿a qué se debe ese enojo? ¿es por vanidad insaciable? Básicamente los Goya se conciben por un lado como acumulador de capital simbólico (la peli se da a conocer de manera masiva gracias a la resonancia mediática), pero sobre todo, la peli que pasa por los Goya tiene una segunda vida a nivel de taquilla, que en el caso de películas "pequeñas/difíciles/raras" resulta fundamental. Ahí están los casos de La soledad o Magical Girl que multiplicaron la recaudación de su primera vida en taquilla. Qué bien le habría ido este año a pelis como La propera pell o La muerte de Luis XIV.
Otro ejemplo sería el de Los pasos dobles, que tras ganar ¡la concha de oro! en el Zinemaldia, no estuvo nominada a ninguna categoría. El prestigio simbólico lo tenía, pero el enojo de muchos espectadores ante su clamorosa ausencia en los Goya era doble: por un lado que la institución cine español no ampliara sus fronteras dando cabida a otras propuestas ajenas a lo convencional, y por otro lado, que la exigua taquilla que obtuvo (7.000 espectadores según datos del Ministerio) se hubiera visto incrementada en esa segunda vida.
Por lo tanto, los premios Goya nos pueden parecer académicos (valga la redundancia), casposos, rancios, vanidosos, y todo lo que se quiera y con razón, pero para las películas "pequeñas/difíciles/raras" no estar supone un hándicap a tres niveles: a nivel mediático (la peli no se da a conocer, no existe), a nivel simbólico (el imaginario que se tiene de cine español es bastante cerrado y no reconoce a estas películas como parte de esa comunidad) y a nivel económico (la peli no obtiene la recompensa de una segunda y vital reanimación en taquilla).

El gremio
¿Quén elige los nominados a los Goya? La Academia, o sea, el gremio. ¿Quién se ve todas las películas del año? Silencio. Cada académico recibe una copia de todas las pelis del año para que su decisión sea lo más ecuánime posible. El año pasado recibían hasta regalos como un paellero o un kit de gintonics junto con el DVD, como hizo la película Sueños de sal, que finalmente se alzó con el Goya al mejor documental, lo que deja a las claras incluso el nivel de corrupción y criterio a la hora de dar el voto.
Pero repito ¿quién se ve todas las películas del año? muy pocos. Entonces qué es lo más fácil o habitual, dejarse llevar por las pelis que a uno le suenan, las pelis en las que ha trabajado un amigo, las pelis que todo el mundo conoce porque no paran de salir en la tele. Esto es, las pelis más mediatizadas, las que tienen más recursos para ser publicitadas, las que más recursos tienen para salir con más copias en su estreno, son las que presumiblemente serán más agraciadas por los académicos. En resumen, el cine industrial, si es que se puede hablar de industria y cine español sin que sea un oxímoron.
La excepción sería Torrente, Ocho apellidos, etc que a pesar de esa taquilla e impacto mediático no se ven correspondidas con nominaciones. La explicación es muy breve: son comedias. Y este veto se puede apreciar también en comedias más estilizadas y menos chuscas como Negociador, Pagafantas o Kiki, el amor se hace. Otro tanto, se podría decir del cine de terror.
Otro aspecto a destacar, es que se vota del tirón. Es decir, a tenor de las nominaciones apenas 4 o 5 pelis copan más del 80% de las nominaciones. Parece que se coge una peli y se vota en todas las categorías a las que concurre. Cuando es "clamoroso no, lo siguiente" que una película como La muerte de Luis XIV quede relegada de categorías como sonido, maquillaje, vestuario o dirección artística. Por qué no aparece tampoco como actor Álex Monner de La propera pell, o Santi Racaj por la fotografía de La reconquista.
Las nominaciones no atienden a razón sino a afinidad, al gremio, al conocido, al amigo. Por eso, es muy probable que Tarde para la ira se lleve varios cabezones. Y no entro en si es buena o mala película, lo que quiero decir es que lo tiene más fácil, al ser Raúl Arévalo alguien conocido y que cae bien. Del mismo modo, se explica la nominación de Ricardo Gómez y Silvia Pérez Cruz como actor y actriz revelación.

Más premios
Llegados a este punto, ¿son necesarios más premios? ¿unos premios independientes? Creo que no, de hecho hay una saturación en estas fechas (premios Goya, Forqué, Feroz) que curiosamente, son muy similares. La decepción serían los premios de los periodistas feroces, que no son más que el altavoz de las televisiones y FAPAE, cuando precisamente, su función debería ser otra, dar voz al que silencian, libertad de expresión no libre mercado.
A lo que iba, premios hay muchos, festivales a cascoporro, al final desde fuera todo esto se convierte en una absurda competición entre películas, como si fuera una carrera de motos. Lo que no es tan absurdo es el relato que se construye en torno al cine español, qué películas componen el cine español y cuáles se quedan fuera. Vuelvo al principio, cuál es la "imagen" del cine español, quién lo dice y desde dónde lo dice. ¿Cuál es el relato hegemónico que se ha construido sobre el cine español? ¿es representativo del mismo? Lo que hay en juego es una auténtica guerra de clases dentro del cine español, un territorio esquizofrénico donde es imposible cohabitar de igual a igual. Es una obviedad decir que cine español es tanto el que se programa en la sección resistencias del festival de Sevilla como el que produce Atresmedia, la pregunta es, ¿cuál de este cine es el que la institución y los medios generalistas reconocen como cine español? ¿cuál es el que tiene la hegemonía? ¿qué instancias legitiman la "imagen" del cine español? ¿qué papel juega el Estado y la televisión pública como garante de la diversidad y la pluralidad?

 

Escrito por Carlos Escolano
(http://cinemistas.blogspot.com.es)